Melodías Cósmicasel vínculo entre la música y el
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Por: SAMUEL NOREÑA, DANIEL POVEDA, JUAN GARAVITO
Miembros de Cúmulo UN
Introducción
La ciencia, como la búsqueda de conocimiento, se ve íntimamente relacionada con el arte. Ambas buscan comprender la realidad y expresarla de manera significativa. En un mundo sonoro como el nuestro, la música surge con esa intención: capturar la esencia de la experiencia humana y expresarla a través de una combinación única de sonidos, ritmos y melodías. Ciertos fenómenos cósmicos han inspirado composiciones musicales a lo largo de la historia: desde antiguas canciones a la Luna hasta piezas clásicas sobre el movimiento de los planetas. Y es que, aunque a primera vista el movimiento de los astros parezca de lo más lejano a una canción, la música es también profundamente matemática. El ritmo constante de los planetas alrededor del Sol podría compararse con el pulso rítmico de una pieza musical. Las variaciones en órbitas se comportan como cambios de tono, y al igual que una sinfonía puede transmitir emociones y contar historias, la astronomía también puede evocar sensaciones de asombro y maravilla cuando se lee la partitura del cosmos, siendo sus notas las estrellas.
En la mitología griega las artes eran antropomorfizadas por medio de las nueve musas. Entre ellas estaban Euterpe y Urania, musas de la música y la astronomía, respectivamente. Su imagen estuvo presente a lo largo de la edad antigua griega y la edad media, al formularse la organización del conocimiento, inspirándose en las musas de las 7 artes liberales, de donde surgen el Trivium (tres caminos) y el Quadrivium (cuatro caminos). El Trivium reúne a la gramática, la lógica y la retórica, mientras que el Quadrivium se encarga de aritmética, geometría, música y astronomía. Así, ideológicamente, el Quadrivium embarca la relación de los números con distintos aspectos de la vida: aritmética como el número por sí solo, geometría como el número en el espacio, música como el número en el tiempo y astronomía como el número en el espacio y el tiempo[1]. Se podría decir, entonces, que la astronomía no es sino una celeste sinfonía donde nosotros, apasionados por el cosmos, en lugar de orquesta somos un público, uno de oído siempre atento.
Desde la escuela pitagórica hasta la época de Kepler (1571-1630) se ha relacionado el conocimiento del cosmos con la consonancia geométrica e incluso musical. Kepler en su libro De Harmonice Mundi (del latín: La Armonía del Mundo) invita a armonizar los movimientos planetarios y la emisión de intervalos musicales [2]. Es un recordatorio de que entre conocimientos tan aparentemente dispares hay afinidades. No sería ni el primer ni mucho menos el último científico que combinaría su labor académica con una fuerte pasión musical; Einstein por ejemplo, según se cuenta, no podía dejar su casa sin su violín, al que apodaba “Lina”. Con éste encontraba la inspiración en su trabajo científico, del que hoy en día sus logros dan cuenta. Incluso manifestó en alguna ocasión que, de no haber sido científico, bien pudo haber sido músico[3]. Otro científico que llevó más allá su pasión músical fue el astrofísico y guitarrista Brian May, quien en la década de los 70’s se encontraba estudiando las propiedades del material interplanetario en nuestro Sistema Solar. Proyecto que se vió retrasado, pues un día su amigo Freddy le invitó a crear la banda Queen, con la cual alcanzó el éxito y la fama a nivel mundial, eso sí, sin abandonar completamente su investigación. En 2007 entregó su tesis y recibió el título en PhD en Astrofísica del Imperial College London[4].
La Tierra es nuestro punto de partida, desde donde plantamos firmemente nuestros pies para explorar el vasto cielo e intentar traspasar sus fronteras. El elemento más llamativo al contemplar una noche despejada es la Luna, y es que es en esta donde un grupo español, de nombre “Mecano” encontró la inspiración para relatar una historia de amor trágico: Una gitana se enamoró de un gitano de la etnia calé, y ante el conflicto que produciría su casamiento, la mujer reza e invoca a la Luna llena para proteger su amor. Por esto le ofrece a cambio el primer hijo de su matrimonio, y la Luna personificada como una entidad femenina que anhela ser madre, acepta el trato. Ha de ser la belleza del espectáculo nocturno lo que desde la antigüedad inspira a las personas a relacionarle con ideales románticos, aquel mundo de sensaciones que, como expresó Bart Howard en su canción “In Other Words”, invita a soñar con ir volando a la Luna, jugar con las estrellas o visitar Júpiter y Marte. Dicha canción compuesta en 1954, llega más familiarmente a los oídos del público en la voz de Frank Sinatra y los arreglos de Quincy Jones, grabada diez años después de la original y registrada bajo el título“Fly Me to the Moon”. Esta versión fue y sigue siendo tan popular que se reprodujo mientras el Apollo X orbitaba la Luna, al igual que en su superficie vía casete gracias a Buzz Aldrin durante la misión Apollo XI.
Ya sea en el estudio del cielo o en la producción musical. Continuamente brotan nuevos géneros, nuevas formas de hacer música o se descubren maneras de optimizar nuestros instrumentos. Así mismo, como pasamos de los primeros instrumentos de cuerda a las guitarras eléctricas, el estudio del universo también innova y nos ayuda a avanzar, por ejemplo, el encontrar astros que no caminan la típica trayectoria cíclica abre la puerta de las posibilidades: ¿Hay más mundos fuera del nuestro? ¿Por qué esos cuerpos no se mueven como las estrellas que forman constelaciones? Planeta viene del griego πλανήτης (planetes) y quiere decir “errante” o “vagabundo”, es decir, “que anda de un lado a otro sin tener una posición o lugar fijo”. Una similitud con lo que se suele pensar acerca de la vida de muchos artistas. Y tal pudo haber sido el caso de Antonio Monge Rivero, quien gustaba de hacer alusión a estos cuerpos celestes en sus coplas, por ello ganó el seudónimo de “El Planeta”[5]. Fue el primer cantaor de flamenco del cual se tiene registro y vivió entre el siglo XVIII y XIX en la ciudad de Cádiz. Su vida ha sido difícil de documentar, al igual que en un principio la trayectoria de los planetas. Si hablamos de la banda “1280 Almas” y su visión en “Los planetas”, del álbum “Aquí vamos otra vez”, resulta una canción que, aunque poco científica, es por lo menos interesante. Esta cuenta la historia de una persona que le desea a otra ser llevada por los habitantes de Venus, Marte y Saturno para que acometan contra ella un destino fatal, a la par, desea verla plasmada en las estrellas, como si de un mito griego se tratase. Mientras tanto, describe características de dichos planetas, como las nubes púrpura de Venus (que en realidad son anaranjadas), o los anillos de Saturno. Una canción calmada, llena de ironías sobre el amor y el dolor que nos causa el mismo. Pasando a un clásico de la música clásica, Gustav Holst compuso la suite de “Los planetas”, revolucionaria para su época. Considerada una propuesta “Avant-garde” cuando fue estrenada, su estructura de siete partes o movimientos presenta una amplia gama de diversidad, siendo así una obra única. Fue compuesta entre 1914 y 1917, teniendo Holst entre sus principales objetos de inspiración su interés por la astrología, surgida en una conversación con un amigo en Mallorca, y por el libro ”Qué es el horóscopo” de Alan Leo, el cual le asocia características psicológicas a cada planeta[6]. Sus movimientos se dividen en Marte, el portador de la guerra; Venus, la portadora de la paz; Mercurio, el mensajero alado; Júpiter, el portador de la alegría; Saturno, el portador de la vejez; Urano, el mago; y Neptuno, el místico. Cada movimiento es único e inconfundible del otro, pues usan instrumentos varios, incluso mientras uno lleva un ritmo que puede poner en tensión a la audiencia, otro incluye un coro de mujeres. Uno de los más representativos es el movimiento de Marte, compuesto un mes antes de que empezara la Primera Guerra Mundial. Este fue inspiración para John Williams al componer La Marcha Imperial, parte de la banda sonora de la película Star Wars; sin mencionar que la suite en su totalidad influenció a bandas de rock de los 60 's, al igual que a agrupaciones musicales actuales. El compositor no creó un movimiento para Plutón, pues el planeta fue descubierto hasta 1930. También porque Gustav, a pesar de todo, era alguien quien prefería mantenerse en lo oculto frente al éxito de su obra, por lo que no la modificó.
La misma capacidad humana de imaginar y crear otros mundos posibles, también nos hizo darnos cuenta de que no tenemos un lugar predominante en el universo. Y aunque se cree ya superado el pensamiento geocentrista, aún hay rezagos y por razones egoístas, nos suponemos como el centro del universo, desentendiendo nuestro papel en el mismo[7]. La banda estadounidense Avenged Sevenfold lanzó en 2016 su álbum titulado The Stage, usando como concepto común la autodestrucción de la sociedad al hacer mal uso de los conocimientos científicos y tecnológicos de los que solemos jactarnos. Muchos años atrás, el divulgador científico Carl Sagan manifestó que “crecemos en una sociedad basada en la ciencia y la tecnología, y en la que nadie conoce estos temas. Esta mezcla combustible de ignorancia y poder, tarde o temprano va a terminar explotando en nuestras caras”[8]. Respecto a astronomía y exploración espacial, destacan canciones como “Higher”, en donde se refieren metafóricamente a la tragedia del Apolo I, ocurrida el 27 de enero de 1967, en la cual tres astronautas murieron incinerados dentro del módulo, en medio de una prueba. También se encuentra la canción Roman Sky, un homenaje a Giordano Bruno, quien murió quemado en una hoguera en Roma en el año 1600 por sus ideas, entre las que destacaba la hipótesis de un universo infinito. Con sistemas planetarios en cada estrella, en los cuales habría otros mundos donde podría darse la vida[9]. Viene también a mente la canción “Fermi Paradox”, usa la paradoja de Fermi (la cual confronta la probabilidad de que la vida inteligente en el universo sea algo común contra la ausencia de evidencia de la misma) como recurso para hacer una crítica a una sociedad llena de individuos que ya no se hacen preguntas, que en vez de mirar al cielo miran todo el rato a sus teléfonos. El álbum finaliza con la canción “Exist”, cuya apertura instrumental busca representar el Big Bang. En su letra se hace hincapié en el deseo de “navegar lejos, más allá del deseo de cualquiera”, indicando la esperanza y la necesidad social de superar conflictos y de dejar atrás contradicciones. Destaca más especialmente por incluir un monólogo del astrofísico y divulgador científico Neil deGrasse Tyson; si bien se consideró el incluir algún fragmento de la obra literaria “Un punto azul pálido” de Carl Sagan, por inconvenientes de difusión se decidió contactar con Neil, quien de manera sobrecogedora reflexiona sobre el lugar de la humanidad en el universo. El significado de nuestra existencia más allá de cuestiones terrenales, invitándonos a abordar una perspectiva cósmica, “que no encaja ni arriba ni abajo, sino dentro”, cerrando de esta manera la canción y el álbum.
Si bien las creencias y nociones alrededor del universo han cambiado a lo largo de la historia, y nuestra comprensión de este se ha formalizado en teorías y conceptos cada vez más complejos, nuestra capacidad innata para traducir esa complejidad en expresiones artísticas ha dado lugar a una amplia gama de obras. Y tantas obras y tanto arte, en tantos ámbitos, que sería caer en la ignorancia el limitarse a la música. Es un ejercicio personal el continuar descubriendo la astronomía en la vida cotidiana. Por el momento decidimos dejar al final de este artículo una playlist (tanto en Spotify como en YouTube), en donde puedan escuchar las recomendaciones musicales hechas en el presente artículo.
REFERENCIAS
[1] Siqueiros Beltrones, D. (2022). Trivium & Quadrivium: A Systematic Exercise for Setting Structural Elements in Scientific Reports. International Journal of Philosophy. Vol. 10, No. 4, 2022, pp. 126-129. doi: 10.11648/j.ijp.20221004.11
[2] Bretos Linaza, J. (2000). Kepler, el último nexo entre música y astronomía. Musiker, 12. 147-159. https://www.eusko-ikaskuntza.eus/PDFAnlt/musiker/12/12147159.pdf
[3] Waldrop, M. (2017, Febrero). La historia de amor de Einstein y Lina, su adorado violín. National Geographic en español.
https://www.nationalgeographic.es/historia/la-historia-de-amor-de-einstein-y-lina-su-adorado -violin
[4] Drake, N. (2013, Octubre). Meet the rock guitarist who helped NASA land on an asteroid. National Geographic. https://www.nationalgeographic.com/science/article/brian-may-guitarist-astrophysicist
[5] Ortiz, M. (2012, Febrero). El Planeta. Flamenco Viejo. https://www.flamencoviejo.com/el-planeta.html
[6] GREENE, R. (1995). Holst: The Planets. Cambridge: Cambridge University Press. ISBN 978-0-52-145000-3.
[7] Chela, Flórez, J. (2001, Diciembre). La astrobiología: Un marco para la discusión de la relación Hombre-Universo. Principia, Revista Cultural de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, N10, pp. 12-18. https://www.acal-scientia.org/wp-content/uploads/2015/03/astrobiologia.pdf
[8] Entrevista a Carl Sagan realizada por Charlie Rose el 27 de mayo de 1996. https://www.youtube.com/watch?v=U8HEwO-2L4w
[9] Giordano Bruno: Bruno, Giordano (1962). «Fifth Dialogue». Cause, Principle, and Unity: Five Dialogues (Jack Lindsay, trad.)
Referencias gráficas
Fig 1. De Herrad von Landsberg - Hortus Deliciarum, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4273968
Fig 2. KEPLER, Johannes (1571-1630). Harmonices mundi libri V. Linz: Johann Planck for Gottfried Tampach, 1619. [Bound after:] – Pro suo opere Harmonices Mundi Apologia. Frankfurt: Erasmus Kempfer for Godefrid Tampach, 1621-1622.
Fig 3. De Decca Records Inc. - Photograph of my copy of this record taken by myself on 15 April 2014, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=32188487 Fig 4. De Goodwin and Tabb Ltd - http://www.imogenholst.org/explore/collection-highlights-2/, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=90477784
Fig 5. By Avenged Sevenfold - Avengedsevenfold.com, Fair use, https://en.wikipedia.org/w/index.php?curid=52180163
La música que inspiró este artículo:
● https://open.spotify.com/playlist/5dOdy3crjQWi3C7bRZzYqB?si=6952bad0bbb946b 6
● https://youtube.com/playlist?list=PL-4eyNNh8Qt0eAR48zGlciOJ_tqPa3_Hj&si=jY1 T6-QHhiKvcKPk
¿Por qué la importancia del 4to arte en la astronomía?
En la mitología griega las artes eran antropomorfizadas por medio de las nueve musas. Entre ellas estaban Euterpe y Urania, musas de la música y la astronomía, respectivamente. Su imagen estuvo presente a lo largo de la edad antigua griega y la edad media, al formularse la organización del conocimiento, inspirándose en las musas de las 7 artes liberales, de donde surgen el Trivium (tres caminos) y el Quadrivium (cuatro caminos). El Trivium reúne a la gramática, la lógica y la retórica, mientras que el Quadrivium se encarga de aritmética, geometría, música y astronomía. Así, ideológicamente, el Quadrivium embarca la relación de los números con distintos aspectos de la vida: aritmética como el número por sí solo, geometría como el número en el espacio, música como el número en el tiempo y astronomía como el número en el espacio y el tiempo[1]. Se podría decir, entonces, que la astronomía no es sino una celeste sinfonía donde nosotros, apasionados por el cosmos, en lugar de orquesta somos un público, uno de oído siempre atento.
De Harmonice Mundi
Desde la escuela pitagórica hasta la época de Kepler (1571-1630) se ha relacionado el conocimiento del cosmos con la consonancia geométrica e incluso musical. Kepler en su libro De Harmonice Mundi (del latín: La Armonía del Mundo) invita a armonizar los movimientos planetarios y la emisión de intervalos musicales [2]. Es un recordatorio de que entre conocimientos tan aparentemente dispares hay afinidades. No sería ni el primer ni mucho menos el último científico que combinaría su labor académica con una fuerte pasión musical; Einstein por ejemplo, según se cuenta, no podía dejar su casa sin su violín, al que apodaba “Lina”. Con éste encontraba la inspiración en su trabajo científico, del que hoy en día sus logros dan cuenta. Incluso manifestó en alguna ocasión que, de no haber sido científico, bien pudo haber sido músico[3]. Otro científico que llevó más allá su pasión músical fue el astrofísico y guitarrista Brian May, quien en la década de los 70’s se encontraba estudiando las propiedades del material interplanetario en nuestro Sistema Solar. Proyecto que se vió retrasado, pues un día su amigo Freddy le invitó a crear la banda Queen, con la cual alcanzó el éxito y la fama a nivel mundial, eso sí, sin abandonar completamente su investigación. En 2007 entregó su tesis y recibió el título en PhD en Astrofísica del Imperial College London[4].
Luna, Σελήνη, луна
La Tierra es nuestro punto de partida, desde donde plantamos firmemente nuestros pies para explorar el vasto cielo e intentar traspasar sus fronteras. El elemento más llamativo al contemplar una noche despejada es la Luna, y es que es en esta donde un grupo español, de nombre “Mecano” encontró la inspiración para relatar una historia de amor trágico: Una gitana se enamoró de un gitano de la etnia calé, y ante el conflicto que produciría su casamiento, la mujer reza e invoca a la Luna llena para proteger su amor. Por esto le ofrece a cambio el primer hijo de su matrimonio, y la Luna personificada como una entidad femenina que anhela ser madre, acepta el trato. Ha de ser la belleza del espectáculo nocturno lo que desde la antigüedad inspira a las personas a relacionarle con ideales románticos, aquel mundo de sensaciones que, como expresó Bart Howard en su canción “In Other Words”, invita a soñar con ir volando a la Luna, jugar con las estrellas o visitar Júpiter y Marte. Dicha canción compuesta en 1954, llega más familiarmente a los oídos del público en la voz de Frank Sinatra y los arreglos de Quincy Jones, grabada diez años después de la original y registrada bajo el título“Fly Me to the Moon”. Esta versión fue y sigue siendo tan popular que se reprodujo mientras el Apollo X orbitaba la Luna, al igual que en su superficie vía casete gracias a Buzz Aldrin durante la misión Apollo XI.
Otros mundos en la distancia
Ya sea en el estudio del cielo o en la producción musical. Continuamente brotan nuevos géneros, nuevas formas de hacer música o se descubren maneras de optimizar nuestros instrumentos. Así mismo, como pasamos de los primeros instrumentos de cuerda a las guitarras eléctricas, el estudio del universo también innova y nos ayuda a avanzar, por ejemplo, el encontrar astros que no caminan la típica trayectoria cíclica abre la puerta de las posibilidades: ¿Hay más mundos fuera del nuestro? ¿Por qué esos cuerpos no se mueven como las estrellas que forman constelaciones? Planeta viene del griego πλανήτης (planetes) y quiere decir “errante” o “vagabundo”, es decir, “que anda de un lado a otro sin tener una posición o lugar fijo”. Una similitud con lo que se suele pensar acerca de la vida de muchos artistas. Y tal pudo haber sido el caso de Antonio Monge Rivero, quien gustaba de hacer alusión a estos cuerpos celestes en sus coplas, por ello ganó el seudónimo de “El Planeta”[5]. Fue el primer cantaor de flamenco del cual se tiene registro y vivió entre el siglo XVIII y XIX en la ciudad de Cádiz. Su vida ha sido difícil de documentar, al igual que en un principio la trayectoria de los planetas. Si hablamos de la banda “1280 Almas” y su visión en “Los planetas”, del álbum “Aquí vamos otra vez”, resulta una canción que, aunque poco científica, es por lo menos interesante. Esta cuenta la historia de una persona que le desea a otra ser llevada por los habitantes de Venus, Marte y Saturno para que acometan contra ella un destino fatal, a la par, desea verla plasmada en las estrellas, como si de un mito griego se tratase. Mientras tanto, describe características de dichos planetas, como las nubes púrpura de Venus (que en realidad son anaranjadas), o los anillos de Saturno. Una canción calmada, llena de ironías sobre el amor y el dolor que nos causa el mismo. Pasando a un clásico de la música clásica, Gustav Holst compuso la suite de “Los planetas”, revolucionaria para su época. Considerada una propuesta “Avant-garde” cuando fue estrenada, su estructura de siete partes o movimientos presenta una amplia gama de diversidad, siendo así una obra única. Fue compuesta entre 1914 y 1917, teniendo Holst entre sus principales objetos de inspiración su interés por la astrología, surgida en una conversación con un amigo en Mallorca, y por el libro ”Qué es el horóscopo” de Alan Leo, el cual le asocia características psicológicas a cada planeta[6]. Sus movimientos se dividen en Marte, el portador de la guerra; Venus, la portadora de la paz; Mercurio, el mensajero alado; Júpiter, el portador de la alegría; Saturno, el portador de la vejez; Urano, el mago; y Neptuno, el místico. Cada movimiento es único e inconfundible del otro, pues usan instrumentos varios, incluso mientras uno lleva un ritmo que puede poner en tensión a la audiencia, otro incluye un coro de mujeres. Uno de los más representativos es el movimiento de Marte, compuesto un mes antes de que empezara la Primera Guerra Mundial. Este fue inspiración para John Williams al componer La Marcha Imperial, parte de la banda sonora de la película Star Wars; sin mencionar que la suite en su totalidad influenció a bandas de rock de los 60 's, al igual que a agrupaciones musicales actuales. El compositor no creó un movimiento para Plutón, pues el planeta fue descubierto hasta 1930. También porque Gustav, a pesar de todo, era alguien quien prefería mantenerse en lo oculto frente al éxito de su obra, por lo que no la modificó.
Más allá de lo cómodamente conocido
La misma capacidad humana de imaginar y crear otros mundos posibles, también nos hizo darnos cuenta de que no tenemos un lugar predominante en el universo. Y aunque se cree ya superado el pensamiento geocentrista, aún hay rezagos y por razones egoístas, nos suponemos como el centro del universo, desentendiendo nuestro papel en el mismo[7]. La banda estadounidense Avenged Sevenfold lanzó en 2016 su álbum titulado The Stage, usando como concepto común la autodestrucción de la sociedad al hacer mal uso de los conocimientos científicos y tecnológicos de los que solemos jactarnos. Muchos años atrás, el divulgador científico Carl Sagan manifestó que “crecemos en una sociedad basada en la ciencia y la tecnología, y en la que nadie conoce estos temas. Esta mezcla combustible de ignorancia y poder, tarde o temprano va a terminar explotando en nuestras caras”[8]. Respecto a astronomía y exploración espacial, destacan canciones como “Higher”, en donde se refieren metafóricamente a la tragedia del Apolo I, ocurrida el 27 de enero de 1967, en la cual tres astronautas murieron incinerados dentro del módulo, en medio de una prueba. También se encuentra la canción Roman Sky, un homenaje a Giordano Bruno, quien murió quemado en una hoguera en Roma en el año 1600 por sus ideas, entre las que destacaba la hipótesis de un universo infinito. Con sistemas planetarios en cada estrella, en los cuales habría otros mundos donde podría darse la vida[9]. Viene también a mente la canción “Fermi Paradox”, usa la paradoja de Fermi (la cual confronta la probabilidad de que la vida inteligente en el universo sea algo común contra la ausencia de evidencia de la misma) como recurso para hacer una crítica a una sociedad llena de individuos que ya no se hacen preguntas, que en vez de mirar al cielo miran todo el rato a sus teléfonos. El álbum finaliza con la canción “Exist”, cuya apertura instrumental busca representar el Big Bang. En su letra se hace hincapié en el deseo de “navegar lejos, más allá del deseo de cualquiera”, indicando la esperanza y la necesidad social de superar conflictos y de dejar atrás contradicciones. Destaca más especialmente por incluir un monólogo del astrofísico y divulgador científico Neil deGrasse Tyson; si bien se consideró el incluir algún fragmento de la obra literaria “Un punto azul pálido” de Carl Sagan, por inconvenientes de difusión se decidió contactar con Neil, quien de manera sobrecogedora reflexiona sobre el lugar de la humanidad en el universo. El significado de nuestra existencia más allá de cuestiones terrenales, invitándonos a abordar una perspectiva cósmica, “que no encaja ni arriba ni abajo, sino dentro”, cerrando de esta manera la canción y el álbum.
El porvenir
Si bien las creencias y nociones alrededor del universo han cambiado a lo largo de la historia, y nuestra comprensión de este se ha formalizado en teorías y conceptos cada vez más complejos, nuestra capacidad innata para traducir esa complejidad en expresiones artísticas ha dado lugar a una amplia gama de obras. Y tantas obras y tanto arte, en tantos ámbitos, que sería caer en la ignorancia el limitarse a la música. Es un ejercicio personal el continuar descubriendo la astronomía en la vida cotidiana. Por el momento decidimos dejar al final de este artículo una playlist (tanto en Spotify como en YouTube), en donde puedan escuchar las recomendaciones musicales hechas en el presente artículo.
REFERENCIAS
[1] Siqueiros Beltrones, D. (2022). Trivium & Quadrivium: A Systematic Exercise for Setting Structural Elements in Scientific Reports. International Journal of Philosophy. Vol. 10, No. 4, 2022, pp. 126-129. doi: 10.11648/j.ijp.20221004.11
[2] Bretos Linaza, J. (2000). Kepler, el último nexo entre música y astronomía. Musiker, 12. 147-159. https://www.eusko-ikaskuntza.eus/PDFAnlt/musiker/12/12147159.pdf
[3] Waldrop, M. (2017, Febrero). La historia de amor de Einstein y Lina, su adorado violín. National Geographic en español.
https://www.nationalgeographic.es/historia/la-historia-de-amor-de-einstein-y-lina-su-adorado -violin
[4] Drake, N. (2013, Octubre). Meet the rock guitarist who helped NASA land on an asteroid. National Geographic. https://www.nationalgeographic.com/science/article/brian-may-guitarist-astrophysicist
[5] Ortiz, M. (2012, Febrero). El Planeta. Flamenco Viejo. https://www.flamencoviejo.com/el-planeta.html
[6] GREENE, R. (1995). Holst: The Planets. Cambridge: Cambridge University Press. ISBN 978-0-52-145000-3.
[7] Chela, Flórez, J. (2001, Diciembre). La astrobiología: Un marco para la discusión de la relación Hombre-Universo. Principia, Revista Cultural de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, N10, pp. 12-18. https://www.acal-scientia.org/wp-content/uploads/2015/03/astrobiologia.pdf
[8] Entrevista a Carl Sagan realizada por Charlie Rose el 27 de mayo de 1996. https://www.youtube.com/watch?v=U8HEwO-2L4w
[9] Giordano Bruno: Bruno, Giordano (1962). «Fifth Dialogue». Cause, Principle, and Unity: Five Dialogues (Jack Lindsay, trad.)
Referencias gráficas
Fig 1. De Herrad von Landsberg - Hortus Deliciarum, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4273968
Fig 2. KEPLER, Johannes (1571-1630). Harmonices mundi libri V. Linz: Johann Planck for Gottfried Tampach, 1619. [Bound after:] – Pro suo opere Harmonices Mundi Apologia. Frankfurt: Erasmus Kempfer for Godefrid Tampach, 1621-1622.
Fig 3. De Decca Records Inc. - Photograph of my copy of this record taken by myself on 15 April 2014, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=32188487 Fig 4. De Goodwin and Tabb Ltd - http://www.imogenholst.org/explore/collection-highlights-2/, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=90477784
Fig 5. By Avenged Sevenfold - Avengedsevenfold.com, Fair use, https://en.wikipedia.org/w/index.php?curid=52180163
La música que inspiró este artículo:
● https://open.spotify.com/playlist/5dOdy3crjQWi3C7bRZzYqB?si=6952bad0bbb946b 6
● https://youtube.com/playlist?list=PL-4eyNNh8Qt0eAR48zGlciOJ_tqPa3_Hj&si=jY1 T6-QHhiKvcKPk