ellas tambiénmiraron al cielo
Por: HERNAN DAVID MUNAR PEREZ
Miembro de Cúmulo


Introducción
Actualmente, cuando aprendemos sobre ciencia y sus ramificaciones, siempre escuchamos los nombres de Galileo, Newton o Kepler. Estas figuras han quedado grabadas en la historia de la ciencia. Sin embargo, ¿qué ocurrió con las mujeres que dedicaron su esfuerzo al avance de la astronomía? Sus nombres, en la mayoría de los casos, permanecen en el olvido, a pesar de sus valiosas contribuciones.
A lo largo de la historia, numerosos científicos y científicas han influido en la astronomía. Mientras que los hombres recibieron homenajes, muchas mujeres fueron pasadas por alto. Aún así, varias mujeres hicieron contribuciones extraordinarias y esenciales. En este artículo, rendiremos homenaje a las mujeres que contribuyeron al desarrollo de esta disciplina dedicada al estudio del cosmos. Las conoceremos en un orden cronológico para destacar sus aportaciones clave.



La primera gran matemática en la historia escrita


Alejandría (actualmente ubicada en Egipto) era en su época un centro cultural y económico que fue cuna de la primer mujere científica. Hipatia de Alejandría fue una matemática, astrónoma y filósofa que según los registros vivió a mediados del siglo III después de Cristo. Aunque no se tiene un registro exacto sobre su año de nacimiento, se sabe de su existencia por testimonios escritos de Sinesio de Cirene y Teón de Alejandría. Teón de Alejandría fue un matemático, astrónomo y filósofo que trabajaba en la biblioteca de Serapeo. Aparte de ser el padre de Hipatia, fue su principal mentor, enseñándole matemáticas y astronomía algo que no era muy común en esta época. También, Teón reescribía obras como "Los elementos" de Euclides y añadía comentarios en las márgenes donde citaba a Hipatia como su colaboradora.
En la astronomía, Hipatia y Teón realizaron comentarios importantes en el libro de Almagesto en una de sus reseñas, él escribió: "Comentario de Teón de Alejandría al tercer libro del sistema matemático de Ptolomeo. Edición controlada por la filósofa Hipatia, mi hija” en esta frase, se nota la importancia de Hipatia para la redacción del texto, pero muchos historiadores debaten sobre la interpretación de este enunciado, ya que no se entiende si Hipatia fue coautora o solo hizo una revisión general. Hipatia también analizó, con profundidad matemática, los movimientos de los astros tal como los había descrito Ptolomeo en sus Tablas, también conocidas como el Canon astronómico. Aún no se sabe con certeza si estas tablas formaban parte del libro III del Almagesto o si se trataba de una obra separada, quizá reelaborada por ella misma.
Hipatia también es conocida por hacer mejoras al astrolabio, un instrumento que sirve para encontrar la posición de las estrellas. Sin embargo, no fue el único que perfeccionó. También realizó modificaciones al hidrómetro, un aparato utilizado para medir la densidad de los líquidos; lo simplificó, lo hizo más práctico y portátil. Por último, mejoró el planisferio celeste. Aunque no se sabe con exactitud cuáles fueron sus aportes, se sabe que lo adaptó con fines didácticos para la enseñanza de la astronomía.
Hipatia fue una figura muy importante en la política de su época. Mientras el cristianismo comenzaba a tomar poder, la lucha entre paganos y cristianos era evidente. Aunque Hipatia no compartía las creencias ni cristianas ni paganas, fue muy tolerante con ambas, al punto de impartir clases tanto a cristianos como a paganos. Sin embargo, el final de su vida fue trágico; ya que fue asesinada por una turba de cristianos que, influidos por rumores, creían que Hipatia enseñaba ideales contrarios a la fe cristiana. Su muerte marcó el fin del pensamiento griego clásico y el inicio del oscurantismo medieval.



Una mente brillante que iluminó los cielos de China imperial

Una de las civilizaciones más importantes del siglo XVIII fue la China imperial gobernada por la dinastía Qing, de allí provienen varios inventos importantes para la humanidad tales como el papel, la brújula y la pólvora aunque estos surgieron siglos antes; este periodo fue importante para avances culturales y científicos ya que existió una mujer que dejó huella en la astronomía, la matemática y la poesía.
Wang Zhenyi fue una destacada astrónoma, poeta y matemática que nació en el año 1768 y vivió en Jiangning. Vivía con su familia formada por su padre, su abuela y su abuelo; Su familia gozaba de un considerable prestigio económico, ya que su abuelo, Wang Zhefu, fue gobernador del condado de Fengchen, y su padre, Wang Xichen, ejercía como médico y escribió varios artículos sobre medicina. En la sociedad en la que vivió Zhenyi —donde la educación de las mujeres se limitaba principalmente a las labores domésticas—, ella brilló como la estrella más destacada. Cuando su abuelo murió, la situación de la familia entró en una crisis económica, por lo que tuvo que mudarse con su abuela, quien fue importante en su educación, ya que le enseñaría poesía. Zhenyi heredó algunos libros de la biblioteca de su abuelo y leyó varios sobre astronomía. Así, aprendió por su propia cuenta. Además, antes de morir, su abuelo le enseñó astronomía, y su padre, medicina y geografía.
En cuanto a sus investigaciones, profundizó en la precesión de los equinoccios, las estrellas y los planetas. También enfatizó la esfericidad de la Tierra y explicó por qué las personas no se caen de la superficie terrestre. En cuanto a las matemáticas, se dedicó a la trigonometría, especialmente a su relación con el teorema de Pitágoras. Su fama creció tanto por sus aportaciones que llegó a enseñar matemáticas y astronomía a varones. Escribió varios libros, como "Información suplementaria sobre cálculos occidentales", entre muchos otros.
Cabe destacar lo impresionante que resulta la cantidad de artículos que escribió, ya que murió a la edad de 29 años, en 1797. Sin embargo, antes de morir compartió sus libros con una gran amiga, quien los preservó, aunque con el paso de las generaciones se perdieron. Cuatro años antes de morir, Zhenyi se casó con un hombre llamado Zhan Mei y no tuvo hijos.



La primera astrónoma profesional de la historia

Ya hemos hablado de mujeres que, sin ayuda de un telescopio, pudieron descubrir y explorar el universo, pero a mediados del siglo XVIII, en Alemania, se vio crecer en secreto a una mujer que descubriría muchos cuerpos celestes. Caroline Herschel nació el 16 de marzo de 1750; fue hermana del reconocido astrónomo William Herschel, quien descubrió el séptimo planeta del sistema solar: Urano.
Desde muy joven, Caroline se dedicó a la música junto a su hermano, quien era organista y director de orquesta. Vivía con él y cumplía el rol de ama de llaves, además de participar como soprano en los conciertos que él organizaba. Aunque su carrera musical no duró mucho tiempo, se dedicó con su hermano a clasificar y estudiar el universo. Mientras William se enfocaba en la observación, Caroline, con su gran intelecto, realizaba los cálculos necesarios para explicar ciertos fenómenos.
En la Inglaterra gobernada por el rey Jorge III, ella fue la primera mujer astrónoma que recibió un salario como ayudante de su hermano. Cabe destacar que fue la primera mujer en recibir un salario por hacer ciencia. Halló muchos cuerpos celestes, entre ellos ocho cometas; el primer cometa que descubrió se conoce hoy como C/1786 P1 (Herschel). Además, mantuvo el récord de cometas descubiertos hasta 1980. También descubrió dos cúmulos abiertos en 1783, y clasificó nebulosas.
En 1788 su hermano William se casó, lo que la obligó a separarse de su hermano, pero no dejaron de trabajar juntos. Esto hizo que Caroline empezara a trabajar de forma independiente, demostrando sus habilidades y que podía hacerlo por derecho propio. Cuando su hermano William murió en 1822, ella volvió a Alemania, donde siguió trabajando en astronomía, lo que le valió una medalla de oro otorgada en 1828 por la Royal Astronomical Society, y en 1846 recibió la Medalla de la Ciencia en Prusia. Murió el 9 de enero de 1848 y fue enterrada junto a la tumba de sus padres. En su lápida puede leerse: “Los ojos de la que es glorificada aquí abajo se volvieron hacia el cielo estrellado”.



Las calculadoras humanas que descifraron la luz de las estrellas

Hemos escuchado que la unión hace la fuerza. Esta frase tiene mucho impacto cuando se habla de un grupo que, al trabajar unido, logra grandes resultados. En Harvard, entre los años 1877 y 1918, Edward Pickering contrató a un grupo de mujeres conocidas como las “computadoras de Harvard”. En una época en la que no existían los ordenadores, estas mujeres tenían una labor muy importante: se encargaban de registrar y detectar el brillo de las estrellas en unas placas de vidrio. Lo más destacable es que no solo trabajaban con fotografías propias del Observatorio de Harvard, sino también con imágenes provenientes de varios observatorios alrededor del mundo.
Cabe destacar que ciertas mujeres tuvieron un papel muy importante en el desarrollo de nuevos conocimientos astronómicos. Annie Cannon creó el sistema de clasificación de las estrellas, que todavía hoy en día se utiliza. El sistema consta de siete letras (O, B, A, F, G, K, M): la clase O corresponde a las gigantes azules y la M a las enanas rojas.
Otra mujer destacada fue Henrietta Leavitt, quien ayudó como voluntaria en el observatorio hasta que fue contratada siete años después. Ella aportó una ley muy importante al estudio del universo: la ley de Leavitt, también llamada relación período-luminosidad. Su candidatura al Premio Nobel llegó cuatro años tarde, ya que murió de cáncer en 1921.
Finalmente, Cecilia Payne propuso que las estrellas estaban compuestas por hidrógeno y helio. Aunque al principio sus ideas no fueron tomadas en cuenta, el tiempo le daría la razón.
Al finalizar su labor, las computadoras de Harvard fueron olvidadas durante largas décadas. Todos sus aportes y descubrimientos quedaron archivados y ocultos en los sótanos de Harvard. Recientemente, gracias a proyectos como Phaedra (Preserving Harvard's Early Data and Research in Astronomy), se ha iniciado un esfuerzo por recuperar, digitalizar y documentar miles de páginas de sus cálculos y fotografías astronómicas, intentando atribuir correctamente a cada mujer el mérito correspondiente.
Durante décadas, sus logros fueron olvidados y guardados en los sótanos de Harvard. Hoy, gracias al proyecto \textit{Phaedra}, sus contribuciones están siendo restauradas y valoradas.



Una estrella colombiana en el firmamento de la ciencia actual

Colombia es un país que, a lo largo de los años, a pesar de sus conflictos internos, también ha tenido espacio para ver surgir y crecer a grandes científicas, como lo es Paola Pinilla. Nacida en Bogotá en diciembre de 1986, es egresada de Física de la Universidad de los Andes. Ella se describe como una mujer a la que, desde pequeña, le encantaba la astronomía. Realizó una maestría y se especializó en física cuántica. Luego viajó a Alemania, donde hizo un doctorado enfocado en el estudio de la formación planetaria a partir de rocas.
En 2018, fue la primera colombiana en recibir el premio Sofja Kovalevskaja, el cual le permitió crear su propio equipo de investigación. Hoy en día, se centra en entender cómo las diferentes propiedades del disco y sus condiciones pueden afectar la diversidad de los exoplanetas.



Conclusión

Como hemos leído en este texto, las mujeres han enfrentado múltiples dificultades para acceder a la educación y al reconocimiento científico. Durante siglos, su labor estuvo a la sombra de tutores, jefes o compañeros varones; rara vez gozaron de la autonomía que muchas científicas tienen hoy en día. En la actualidad, mientras la cultura popular sigue enalteciendo figuras como Einstein u Oppenheimer, muchas de estas mujeres continúan siendo ignoradas, lo que evidencia la profunda brecha cultural y social que han debido superar para ocupar un lugar en la historia de la ciencia.













REFERENCIAS

Mujeres con Ciencia. (2015, junio 15). Hipatia. Recuperado de https://mujeresconciencia.com/2015/06/15/hipatia/

Martínez, T. M. (s.f.). Hipatia de Alejandría. Universidad del País Vasco. Recuperado de https://www.ehu.eus/~mtwmastm/HIPATIA.pdf

Fundación Aquae. (s.f.). Hipatia de Alejandría. Recuperado de https://www.fundacionaquae.org/hipatia-de-alejandria/

CONICET. (s.f.). Wang Zhenyi. Recuperado de https://mujeresenlaciencia.conicet.gov.ar/.../3%20WANG%20ZHENYI%20BIO%20-%20ok.docx.pdf

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Instituto de Astrofísica de Canarias. (2016, septiembre). Caroline Lucretia Herschel, una astrónoma del siglo XIX con medalla de oro. Recuperado de https://www.iac.es/.../caroline-lucretia-herschel-una-astronoma-del-siglo-xix-con-medalla-de-oro

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Instituto de Astrofísica de Canarias. (2017, octubre). Las computadoras de Harvard en la Vía Láctea. Recuperado de https://www.iac.es/.../las-computadoras-de-harvard-en-la-lactea

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